MTB DH World Cup



Este año la copa caía cerca, en Vallnord, y había que aprovechar la oportunidad para ir a ver de primera mano a los mejores del mundo tirándose cuesta abajo, y compitiendo por el podio, bajo la presión de un cronómetro, que finalmente es quien determinaría quien sería el vencedor.
Viéndolo tan de cerca, buen momento para comentar que es todo este circo, que tanta gente mueve allá por donde pasa.







La verdad es que queda un poco raro, se denomina MTB, pero bien se podría decir que para practicarlo, se pudiera utilizar cualquier cacharro que tuviera ruedas y suspensiones "tragalotodo" y rodara cuesta abajo por el monte como un rayo.

Se puede estar convencido de que las habilidades de los pilotos lograrían hacer cualquier filigrana igualmente y que sería así mismo tan llamativo y espectacular para ver.

Seguro que si a uno de estos riders le diera por inventar una nueva disciplina tirándose cuesta abajo, con un aparatejo nuevo y diferente, vestido de "monstruito" y realizando toda clase de virguerías por el aire, grabando estas en video para difundirlas después por toda la red, acabaría acaparando igualmente la atención. Y quien dice que no, pudiera acabar inundando los telesillas y bikeparks, convirtiéndose así en el nuevo boom.





Pero las bicis a pedales son las bicis, y no se sabe por qué, por mucho que le des a la cabeza, las cosas son así y ningún otro aparatejo parece que le vaya a quitar el puesto en esta disciplina montaña abajo.

Las monturas están tan extremadamente evolucionadas y adaptadas para la especialidad, que apenas se pueden dar 3 o 4 pedaladas sin acabar mareado por el balanceo de la suspensión.
Su gran peso debido a la robustez que necesita y sus ruedotas gordas, hace imposible que podamos si quiera pensar en dar un rule por la montaña pedaleando.
Casi se les podría incluso llegar a quitar la cadena y los cambios. Hay suficiente pendiente en el circuito como para romper la barrera del sonido sin dar un solo pedal...no doy más ideas.., quizás esto algún día llegarará y aun así le seguiremos llamandolo MTB...





De lo que no hay duda es de que como si de la formula1 para la automoción se tratase, esta disciplina es el puchero donde se cuece la última tecnología para ir cuesta abajo, que luego suele acabar incorporándose a las bicis de serie y llega a nuestras manos. Todo un mundo de avances en los que las marcas apuestan mucho para ser lideres en la competición y el mercado. 
Todo el marketing que conlleva ser el primero es lo que se llevan.

Los riders son auténticos malavaristas.. (mountainbikers?), en fin , no se.., se puede estar más convencido de que si alguno de estos se quedara en el paro, podría sacarle partido a su habilidad en el trapecio de un circo. Como quien se dedica al slopestyle o al dirtjump, puro espectáculo en el aire.
Sea como sea, hay que reconocer que tienen unas grandes habilidades , potenciadas por el entrenamiento, para poder pilotar a esas velocidades y por ese terreno, de las cuales los espónsores dan buena cuenta de ello.






Se juegan el tipo en cada piedra, árbol o salto que se cruza por su camino y eso tiene mérito, y como no podría ser de otra manera, también ocurren las desgracias. Gafes del oficio.
Parece ser que hay que estar hecho de la pasta adecuada para llegar a tal nivel. Como quien midese metrocincuenta y quisiera ser pivot de baloncesto. Imposible no, pero ya de origen parece que va a haber dificultades.. algo nos falta.







A los acostumbrados a rodar por donde nos plazca,  y que huimos de canchas e instalaciones específicas, esta práctica a nivel competitivo puede llegar a transmitirnos una sensación de conejillo de indias, repitiendo una y otra vez el recorrido para rascar hasta la última décima al crono , como si siempre estuviéramos venga a dar vueltas en la rueda de una jaula.

Pero para quien lo vive desde dentro y así lo acepta, sigue siendo así mismo mountainbike en una de sus especialidades. Es el DH, uno de engranajes que mueve el MTB.






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