Son ya algo más de las cinco de la tarde, en la cima de Bianditz, tras una vuelta de unas 4 horas. Una única instantánea improvisada con el móvil, antes de afrontar la última bajada hasta el refugio de Aritxulegui.
Una tarde de ruteo en este atípico diciembre, que nos está dejando rodar más de lo que uno podría imaginar para estas fechas. Seco y cálido.
Al momento de escribir estas líneas, uno no sabe a ciencia cierta cuanto más durará esta situación climática, un día, una semana... pero desde luego que no es algo normal, si lo comparamos con lo que conocemos y se supone que debería de ser para este mes, en estas latitudes, y a las puertas del invierno.
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